La vida de Cielo transcurrió como la de cualquier otro niño, jugaba reía y era feliz. Pero la vida se empeñó en que ella pronto tuviera que dejar de ser una niña y convertirse en un adulto en un cuerpo chiquito arruinando su niñez y su inocencia.
Su familia no podía ser perfecta ni mucho menos eterna a penas tenía 3 años cuando sufrió el primer golpe, ver partir a tu tío que era el padre de 3 pequeños; ver como sus primos se quedaban sin su padre fue doloroso ellos aún ni siquiera sabían que había cerrado los ojos para jamás volverlos a abrir, ellos no entendían porque la gente se abrazaba y lloraba pero la pequeña si sabía y en ese momento frente a la camita de su tío cerró sus ojos y rezó como le habían enseñado en el instituto junto sus manitas cerró sus pequeños ojos y le pidió a Dios porque jamás le quitara a sus papás, ella pensó que la había escuchado pero años después se dió cuenta que no fue así.
Maye se veía pálida, enferma y se quejaba de un dolor abdominal muy fuerte, pensarón era problema intestinal pero no fue así ella cayó enferma en los ojos de Cielo. El primer diagnostico: Cáncer de matriz. La pequeña solo tenía 6 años, no sabía sumar pero ya sabía de dolor y enfermedad.
Cielo no sabía lo que decían los doctores el se aferró a la mano de su mamita mientras le suplicaba a Dios si es que existe que no se la llevara ella tenía tan solo 6 años, Cielo sabía que su mamá estaba enferma no sabía nada de medicina pero desde ese día escuchó algo que le resultaba conocido cáncer una palabra que también había escuchado decir a los doctores cuando le dieron la noticia a su tía que tenía a sus 3 pequeños y temerosos niños aferrados a su pierna mientras solo cerraba los ojos giraba la cabeza y esperaba que esa noticia fuera solo una pesadilla. Desde ese momento la palabra cáncer sería la más dolorosa para ella.
- No habrá hermanitos - dijo Maye cuando se acercó a su pequeña hija a explicarle que estaba enferma y tenía que visitar unos días al doctor porque le iba a retirar "algo que le causaba molestias" y que ya no podría tener bebés.
- No quiero hermanos - te quiero a ti mamita le dijo pensando que realmente esta visita al médico fuera la solución a los problemas pero al parecer no fue así.
- Los amo papis. Fueron sus últimas palabras antes de ponerse a llorar ante la mirada atónita de toda su familia al darse cuenta corrió a su pequeño dormitorio verde y lloró hasta que el sueño le venció. Desde ahí el Cielo supo cuál era su refugio.
La gente pasaba y veía a Maye con lástima muchos le decían que le echara ganas ¿Cómo echarle ganas a algo tan injusto? se repetía Cielo en su cabeza ¿por qué Dios le manda tristeza a la gente que es buena? Ted lloraba Maye y Cielo también, cada uno en su espacio cada uno en su dolor, en su espacio. Ahora este blog es el mío.
La sociedad juega un papel importante; Cielo aprendió que no toda la gente que se acerca a ti es buena, no todas las personas quieren ayudarte de buena manera, muchas solo están cerca para presenciar cuando te caigas y te desmorones; jamás entenderé como les produce tanto placer el dolor ajeno. Cielo en ese momento odiaba a todos, los quería golpear, quería gritar, quería llorar y al salir de su pequeño espacio solo quería abrazar a Maye estar con ella y aprovechar el tiempo no sabía si sería mucho o poco pero sabía que lo aprovecharía. Tres años después el cáncer apareció de nuevo y a pesar de que sabía como se realizaba esto el dolor en lugar de disminuir cada vez aumentaba más.
Así creció y la gente no sabía que Cielo tenía un infierno dentro, que todo era calma y amor pero los problemas le producían un terremoto, ella tenía un talento; cuando sonreía el mundo se paraba para admirarla, Ella lo sabía y lo utilizaría muy bien.
Cielo creció y entendió que no podía con ese peso sola, buscó amigos buscó parejas, nadie la entendía hasta que de pronto en el lugar clandestino encontró a alguien: Randy, ella era solo una niña pero el se cautivó de sus ojos, de su manera de pensar y sobre todo de su sonrisa ¡Cómo no hacerlo! ella era tan madura, la vida la había obligado a serlo, a su corta edad ya era una señorita. No pasó mucho tiempo antes de que Cielo supiera usar sus cartas, Conquistarlo no fue difícil. Randy ahora era suyo.
Por fortuna lo que Cielo consideró un juego no lo fue, Randy se empeño en ganarse su amor aún cuando la sociedad no apoyaba esa relación. Randy le traía regalos, la llevaba a pasear, la invitaba al cine, la llevaba con su familia, le escribía cartas y poemas de amor, le enseñó a andar en moto, le recordaba a cada momento en cada instante lo que significaba en su vida porque ella era lo que necesitaba: un apoyo. En fin Randy fue lo que Cielo quería, un amor de verdad, un amor explosivo, mucha confianza que pudiera decirle lo que su corazón le decía y las sombras que ella tenía de su pasado y que tanto la atormentaban; ella solo necesitaba luz para sanar sus cicatrices.
No había día en el mundo que Randy no despertará a Cielo con un detalle, ni uno, jamás se le olvidaba o le restaba importancia a cosas así, no existía entre ellos la palabra monotonía; ella era su Cielo, el sabía que cada día era una nueva oportunidad para pregonar su amor a los 4 vientos y por chistoso que parezca Cielo adoraba eso, porque ella aprendió que hay cosas que deben de presumirse el amor por ejemplo, no se debe ocultar, no debe fallar y ella en su interior adoraba ser presumida; pues tenía muy en claro que no tenía seguro el tiempo que duraría semejante felicidad.
Las cosas iban mejorando, Cielo crecía y Randy la ayudaba a avanzar a pesar de todos los problemas y lo que la gente decía Randy la amaba y ella lo sabía y le correspondía siempre fue un chico respetuoso se moría por tocarla pero sabía que era una niña; él era la paciencia que a ella le faltaba y si esto valía la pena tendrían que esperar; pero así como la amaba a ella también amaba a su familia y un buen día Randy dió la vida por su hermano Tom y sí, como les dije al principio esta historia no es de película esta es una historia real, mi historia.
Cuando Cielo se enteró que Randy había sufrido un accidente provocado por la impaciencia de su hermano Tom ella no lloró, era fuerte, había tenido ya contacto con la muerte y no le asustaba pero ella quería verlo solo sentía algo: ODIO.